miércoles, 17 de junio de 2015
La escogencia
Hay quien dice que
soy sereno. No siempre lo fui, y mi serenidad es frágil; debo cuidar las
circunstancias que la propician. La principal es la renuncia al mundo
predominante.
Vivir en lo
predominante es combatir contra otros que quieren lo mismo que yo. Es no poder
ser más sino venciéndolos. Esos triunfos hieden a sangre y a horror.
Vivir lejos de eso
no es renunciar del todo al mundo; hay otro mundo que deseo, muy distinto, muy
singular, que quiero conformar, en el que quiero habitar. En él intento construir
mis propias búsquedas, y ofrecer lo que en ellas logre con la naturalidad de un
fruto. Esto conlleva que no compito con otros, sino conmigo; que no espero aclamaciones
ni nombre, sino la fugaz y rara dicha de las ocasiones cuando siento que
alcanzo la armonía.
Es suficiente con conocer a unos pocos con quienes
me creo en fraternidad y convergencia de búsqueda. Nos ayudamos, nos
respetamos, y estamos abiertos a quien llegue con el mismo espíritu.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario